Se formó musicalmente en Córdoba (Argentina), a donde se trasladó su familia en 1875. Antes de volver a Barcelona en 1883, realizó algunos encargos para el Gobierno argentino. En Barcelona prosiguió sus estudios de piano con Carles Vidiella y de composición con F. Pedrell e inició una buena amistad con el músico I. Albéniz.
Posteriormente se estableció en Bruselas, donde siguió estudiando en el conservatorio y donde entró en contacto con los músicos francobelgas, que influyeron mucho en su trayectoria profesional y con los que mantuvo una relación continua. En 1890 se instaló definitivamente en Barcelona, donde inició una intensa actividad y muy pronto se convirtió en un representante del ambiente musical modernista. Estuvo vinculado a las actividades celebradas por los grupos de intelectuales del momento, musicó obras de S. Rusiñol y Àngel Guimerà y compuso la ópera La fada (El hada) para la IV Fiesta Modernista de Sitges (1897). En 1895 fundó la coral Catalunya Nova y recuperó y armonizó muchas canciones populares catalanas, que fueron publicadas en L'Avenç. Asimismo, intentó crear una ópera catalana con su Teatro Lírico Catalán, sin conseguir demasiado éxito de público.
Todas las iniciativas que llevó a cabo han contribuido a valorar su voluntad de crear una conciencia nacionalista en el ámbito musical.
Ejerció como profesor y se convirtió en un gran pedagogo.