Recibió su primera formación artística en el taller de los vidrieros Dietrich en Barcelona y posteriormente entró a trabajar en el taller del vidriero J. Espinagosa dirigiendo la parte artística. No montó su propio taller, junto con su hijo, hasta su última etapa profesional.
Creó vidrieras que diseñaba el arquitecto M.J. Raspall para sus edificios, pero también trabajó con J.M. Jujol y, más adelantet, con C. Martinell. Sus piezas destacan sobre todo por la calidad técnica de los acabados.
En este taller se fabricaron, cuando ya lo dirigía su hijo, A. Oriach i Rovira, algunas vidrieras de la basílica de Santa Maria del Mar (plaza de Santa Maria, 1) y los de la iglesia de Santa Maria del Pi (plaza del Pi, 7), pero también encontramos producciones suyas en Vic y Gerona.