Miembro de una familia de origen mallorquín y de una dinastía de plateros de cuatro generaciones, se dedicó a la joyería, campo en el que dio muestras de un gran dominio técnico, pero también destacó como ilustrador.
Se inició como joyero en el obrador de su padre, y más adelante ingresó en la Llotja de Barcelona. Después de ganar una mención honorífica en la Exposición de Bellas Artes de 1896, comenzó a colaborar como dibujante en revistas como Barcelona Cómica (1897) o Hispania (1899-1901), plasmando imágenes de mujeres muy elegantes contrapuestas a personajes más esperpénticos.
En esta época participó con sus dibujos en la primera exposición celebrada en Els Quatre Gats (Montsió, 3 bis), así como en los espectáculos de sombras chinescas de dicho establecimiento.
Hacia 1900, y por causas que se desconocen, se estableció en Niza para trabajar en un taller de joyería, que posteriormente heredaría.
Su obra más lograda como ilustrador fue para el poema de J.M. Roviralta Boires baixes (Nieblas bajas), considerado un ejemplo de plasmación de la estética modernista.
Antes de su muerte sólo volvió a Barcelona en una ocasión.