Miembro de una familia de artistas, se inició como vidriero en el taller de F. Vidal y se convirtió en una figura fundamental en la recuperación de la vidriera y en su integración en la arquitectura, tanto por su producción como por los trabajos teóricos y de investigación que llevó a cabo.
Estudió bellas artes en Madrid y trabajó como corresponsal para revistas, como la Ilustración Española e Iberoamericana.
Sus primeras obras se basan en diseños de otros artistas representativos del movimiento, como A. de Riquer o J. Mir, y, a lo largo de su trayectoria profesional, colaboró con arquitectos como L. Domènech i Montaner. En 1890 creó una empresa de vidrieras con el arquitecto J. Granell, Rigalt, Granell i Cia, en la que elaboró las vidrieras de los edificios más emblemáticos del periodo, como los de la Casa Lleó Morera (1905; paseo de Gràcia, 35), la claraboya del Palau de la Música Catalana (1905-1908; Palau de la Música, 4-6) o las vidrieras del Palau Montaner (1896; Mallorca, 278), obras todas ellas del arquitecto L. Domènech i Montaner.
Hombre con un alto nivel cultural, participó, primero como concursante, y después como miembro del jurado, en gran parte de los acontecimientos y exposiciones de aquel periodo y fue profesor auxiliar de la Llotja y miembro de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.