Ingresó en la Llotja como alumno de Lorenzale y de Antoni Caba y amplió sus estudios artísticos en París con el maestro Gérôme. Seguidamente, ganó el Premio Fortuny, que le permitió viajar a Roma.
Su obra evolucionó del Naturalismo hacia una pintura cercana al Modernismo, pero sin llegar a ser un representante de este último, aunque trató varios temas de moda en la época (Ball de tarda [Baile de tarde], 1905; colección particular, Barcelona, o Solitud, 1891; fondo MNAC). En 1898 viajó con R. Casas por España y más tarde fue a Sudamérica. Fue el intermediario en la venta de dos grecos que S. Rusiñol compró para el Cau Ferrat de Sitges.
Pintó muchas obras que representaban la costa catalana y se acabó estableciendo en Ibiza en 1931.
También hizo incursiones en el mundo del cartel y ganó algunos accésits en los concursos a los que se presentó.