Personaje polifacético y muy activo en este periodo, colaboraba en la mayoría de revistas del momento, como Pèl i Ploma, Joventut o La Publicitat, y participaba asiduamente en las tertulias de Els Quatre Gats (Montsió, 3 bis). Como crítico, en sus artículos apoyaba la obra de S. Rusiñol y R. Casas y la de los pintores de la segunda generación del Modernismo. También fue un difusor en Cataluña de la obra de Gauguin, Whistler y Zuloaga.
También mostró mucho interés por la música -haciendo letras para zarzuelas- y escribió obras de teatro.