Se formó como maestro de obras en Barcelona, pero obtuvo el título de arquitecto en Madrid. Mientras fue estudiante viajó por varios países europeos, a menudo con su gran amigo L. Domènech i Montaner.
Gran parte de su obra, que es anterior a 1893, se considera
premodernista con una evolución estilística de aplicación de elementos clásicos, neogóticos y también del japonesismo, que influyó en los modernistas, como la Casa Enric Batlló (1895-1896; paseo de Gràcia, 75; actual Hotel Condes de Barcelona) o la Casa Bruno Cuadros (1883; Rambla, 82) y, finalmente, el Arco de Triunfo (1888; paseo de Lluís Companys, s/n), todos estos edificios en Barcelona.
No fue un arquitecto innovador en cuanto a la concepción de espacios, pero sí en lo que respecta al decorativismo por la aplicación de motivos ornamentales de origen diverso, el uso de la vidriera para puertas y ventanas, la aplicación del hierro forjado, etc. En la década de los setenta del siglo XIX, colaboró con L. Domènech i Montaner en diversos proyectos. Se consideran ya plenamente modernistas las casas Cabot (1901-1904; Roger de Llúria, 8-10 y 12-14), encargadas por J. Cabot.