Este ebanista tenía un taller con mucha actividad en los primeros años del siglo XX, en el que elaboraba principalmente paneles, arrimaderos, revestimientos y chimeneas esculpidas. Sus piezas estaban ornamentadas con motivos vegetales característicos del Art Nouveau. Una característica de su obra fue el uso de nuevos materiales, como el duroxil o el mármol regenerado.