Líneas naturalmente fluidas, formas ingeniosamente curvadas y una exuberante riqueza de ornamentación floral, figurativa y abstracta: éstas son las características distintivas del Art Nouveau, la versión francesa y belga del Jugendstil. Francia y Bélgica desempeñaron un papel fundamental en la agitación del arte y el diseño europeos en torno a 1900, que allanó el camino a la modernidad. París, en particular, ejerció una enorme atracción magnética: Arquitectos como Hector Guimard y Eugène Gaillard trabajaron aquí; cartelistas como Henri de Toulouse-Lautrec y Alfons Mucha revolucionaron el diseño gráfico.
Con motivo del 50 aniversario del Bröhan-Museum, esta amplia exposición está dedicada a uno de los puntos centrales del museo: el Art Nouveau francés y belga. Con gran ludismo y ornamentación especialmente floral, los artistas del Art Nouveau de ciudades como Bruselas, París y Nancy crearon un nuevo diseño para la Belle Époque, que pronto cautivó a toda Europa. Con piezas excepcionales procedentes de colecciones privadas nacionales e internacionales, el Bröhan-Museum revive la gloria de esta época. Algunas de las obras prestadas se muestran al público por primera vez.