Qué harías si estuvieras cerrado en una casa modernista? | El Periódico
Con éxito de público, la Fundación Iluro de Mataró ofrece l"escapo room' ?El misterio de la casa Coll y Regàs', obra de Josep Puig y Cadafalch
Qué es el secreto que esconde la Casa Coll y Regàs de Mataró? Si no quieren quedarse cerradas por siempre jamás en el interior de esta casa modernista, obra de Puig y Cadafalch, el equipo directivo de la escuela GEM de Mataró lo tendrá que descubrir. Esta tarde estas profesoras son las participantes de lo ?escapo room' ?El misterio de la Casa Coll y Regàs" que desde principios de verano ofrece con mucho éxito la Fundación Iluro. "La voluntad de esta propuesta es acercar esta obra a personas que nunca harían una visita guiada y ofrecer una manera más lúdica de ver la casa", explica Pere Cañada, historiador y responsable de los servicios pedagógicos de esta obra.
El juego empieza con una pequeña explicación de la vivienda, hoy uno de los símbolos de la capital del Maresme, a pesar de que muchos vecinos ignoran su riqueza interior. Las profesoras no son una excepción. La mayoría reconocen que es la primera vez que la visitan. La historia de la casa se remonta a 1896, cuando el empresario textil Joaquim Coll y Regàs (1855-1904) compró dos casas en la calle de Argentona e inmediatamente edificó la suya de nueva planta de acuerdo con el proyecto redactado por el arquitecto Josep Puig y Cadafalch (1867-1956), que quedó acabado el 1898. Una residencia que, después de años cerrada, volvió a abrir sus puertas el mayo del 2017 después de una amplia rehabilitación.
Las participantes de lo ?escapo room' inician el juego de forma temerosa y dubitativa. Un mensaje del arquitecto avisándolas que tienen 60 minutos para resolver el enigma todavía incrementa más la tensión. A diferencia otras actividades de este tipo, buscar pistas en una casa modernista de 121 años es todo un reto. "Durante el juego visitan la casa, pero a la vez se fijan en elementos de su decoración", asegura Cañada. La casa Coll y Regàs, tanto a la fachada como el interior, deslumbra por sus detalles. Finalmente, a lo largo de la hora, una pista sucede la otra, y el misterio se va resolviendo, a pesar de que hay momentos de debilidad: "Me estoy estresando!", se lamenta una de las participantes.
Una actividad para todos los públicos
En esta ocasión son profesoras que realizan esta actividad, pero está pensada para todos los públicos, desde jóvenes a partir de 8 o 10 años, hasta familias o grupos profesionales que buscan experiencias de Time Building. "Esta manera de aprender tiene muchas ventajas: te planeas un reto y entonces tienes una motivación muy alta para descubrir cosas por la tú misma, modelo que sigue nuestra escuela", explica Montse Paradeda, directora pedagógica de la escuela GEM de Mataró. La pedagoga también afirma que esta herramienta "fomenta la creatividad, el trabajo en equipo, la curiosidad, la lógica, el pensamiento divergente y es una gran manera de aprender por tu cuenta".
"Este verano han pasado por las casa un total de 415 personas, mayoritariamente catalanas, pero también hemos tenido público procedente de Francia, Rusia, Inglaterra, Alemania, Austria, Italia, los Estados Unidos y México", asegura Marta Ibarz, directora de la Fundación Iluro. Un éxito que ha animado a la Fundación a potenciar el programa de actividades, con el objetivo de convertir esta casa modernista en "un espacio de aprendizaje, de ocio y gastronomía", y seguir con su rehabilitación. El 2019 esta previsto instalar un elevador hasta el primer piso, donde se hacen los talleres infantiles, y ampliar así la visita, a pesar de que esta zona es menos noble que la planta baja.
Al final de la sesión lo guía de la casa agrupa las participantes al patio de la residencia para valorar la experiencia. Se han escuchado entre ellas? Quién ha sido la líder del grupo? Y explica la relación de cada pista con la historia de la casa modernista. Entonces las participantes se dan cuenta que la resolución no ha sido una cuestión de azar. La Casa Coll y Regàs ha dejado de ser un misterio.
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