El Palau de la Música Catalana (1905-1908), obra maestra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, es la sede del Orfeó Català, una institución coral pionera en Cataluña. En 1891, los jóvenes músicos Fèlix Millet y Amadeu Vives fundaron el Orfeó Català y el encargo se formalizó siendo su presidente el joyero Joaquín Cabot. Se trata de un conjunto en el cual Domènech i Montaner demostró su madurez con un proyecto constructivo arriesgado donde toda la estructura es de hierro, trabada por un muro de ladrillo visto. Por otro lado, el cuidadoso trabajo de diseño en las artes aplicadas de los talleres de vitrales Rigalt i Granell, de mosaicos de Lluís Brú, de los escultores Eusebi Arnau y Dídac Masana, etc., definen el conjunto como toda una alegoría a la música y al canto coral.
En 1990 se constituyó la Fundación Orfeó Català y se iniciaron las obras de ampliación y restauración. La esmerada intervención de Oscar Tusquets, Lluís Clotet y Carles Díaz con la colaboración de Ignacio Paricio se ha realizado con valentía pero también con respeto por la obra original.