La Casa Lis, que actualmente acoge el Museo Art Nouveau y Art Déco, fue en origen un palacete urbano. Su nombre se debe al apellido de su primer propietario y promotor, D. Miguel de Lis, un industrial salmantino dueño de una próspera fábrica de curtidos. D. Miguel de Lis encargó su vivienda al arquitecto D. Joaquín de Vargas y Aguirre, que proyectó el edificio empleando materiales industriales como el vidrio y el hierro, una novedad en la Salamanca de la época. En 1905 se finaliza la Casa Lis, donde la combinación de elementos modernistas con otros más clásicos da como resultado un edificio que se ha convertido en una de las imágenes más representativas de la ciudad, tanto por el diseño Art Nouveau de su fachada norte como por la espectacularidad de su fachada sur, la que mira al río Tormes.
Al igual que la Casa Lis vivió periodos de esplendor, también sufrió una época de abandono y ruina. Afortunadamente, el Ayuntamiento de Salamanca, actual propietario del edificio, consciente del interés del inmueble, lo expropió y realizó una serie de reformas que evitaron su desaparición. En 1995 se inauguró el Museo Art Nouveau y Art Déco con la colección de artes decorativas que el salmantino D. Manuel Ramos Andrade donó a su ciudad.
Para destinar el edificio a museo, la Casa Lis experimentó una gran transformación en sus aspectos decorativos. Así se dotó al inmueble de vidrieras emplomadas siguiendo la tradición catalana de las casas del Eixample barcelonés. Merece la pena destacar la vidriera policroma que cubre el patio central, compuesta por más de 2.000 piezas de vidrio emplomado, diseñada por Ramos Andrade y materializada por el vidriero catalán Juan Villaplana.
A través de sus diecinueve colecciones, el recorrido por sus salas muestra al visitante la producción de los talleres europeos de artes decorativas en torno a 1900. Joyas de Masriera o Faberge, vidrios iridiscentes de los talleres Lotz, Kralik, Pallme König o de la École de Nancy con piezas de Émile Gallé, los Hermanos Daum o Paul Nicolas. Muebles de Homar, Majorelle, Busquets. Porcelanas de Rosenthal, Royal Copenhagen, Mariano Benlliure, Gustave Guetant o Zuloaga. Los fondos que atesora la Casa Lis muestran la trayectoria de autores tan importantes como Émile Gallé, con sus vidrios de capas superpuestas y sus exquisitos muebles, o la evolución de René Lalique, que partiendo de la joyería Art Nouveau orienta su creatividad al diseño del vidrio en las décadas posteriores.
Destacan la colección de muñecas de porcelana francesas del s. XIX -que ha sido definida por los expertos como la mejor colección expuesta al público a nivel mundial- o la muestra de criselefantinas de Demetre Chiparus o Ferdinand Preiss, pequeñas esculturas que combinan el metal para las vestimentas y el marfil para las partes desnudas del cuerpo, como la cara o las manos, y que se han convertido en icono del Art Déco.
Pero hablar de la Casa Lis es también hablar de las exposiciones que periódicamente llenan sus salas de exhibición temporal. Anglada Camarasa (2006), Alphons Mucha (2009), Picasso (2010) o los Ballets Russes de Diaghilev (2011) son los últimos ejemplos de un programa expositivo que se renueva continuamente.