En la ciudad de Astorga Antoni Gaudí dejó una obra singular de lo que conocemos como su período de influencia gótica, el Palacio Episcopal. Fue un encargo del obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós, que era originario de Reus, al igual que el arquitecto, y que le encargó la obra tras el incendio que había arruinado el viejo palacio en 1886. Gaudí trabajó allí desde 1887, en un proyecto de estética neomedievalista pero con planteamientos arquitectónicos arriesgados que no fueron del todo comprendidos por la Junta Diocesana. Al morir Grau, en 1893, el arquitecto abandonó la dirección, que terminó Ricardo García Guereta, arquitecto diocesano de León, en 1913.
Sin embargo, por diversas circunstancias, el edificio no pudo usarse hasta después de la Guerra Civil y, en 1964, se decidió habilitarlo como sede del Museo de los Caminos, que acoge una colección de arte medieval local y una sección de artistas leoneses contemporáneos. El Obispado de Astorga se encarga del mantenimiento del edificio y de la gestión del museo.