Capital de la comarca del Vallès Oriental, Granollers era una de las localidades que mantenía, a principios del siglo XX, una industria textil. Pero la importancia de Granollers desde la época medieval ha radicado en el comercio que se centra en los célebres mercados de los jueves que tenían lugar alrededor de la Porxada -reconocida construcción civil construida entre 1586 y 1587- y que eran el punto de atracción de toda la comarca. Cafés, fondas, eran los lugares de encuentro de los comerciantes y donde acababan de cerrarse muchos tratos. De aquí la importancia de la Fonda Europa, centro de tertulias y también de reuniones políticas, y donde tuvo despacho abierto el arquitecto M. J. Raspall. La expansión comercial de la ciudad también se vio favorecida por las buenas vías de comunicación, con el nuevo trazado de la carretera de Barcelona a Vic y la llegada del ferrocarril en 1854.
La reforma del Ayuntamiento (1902-1904), del arquitecto Simó Cordomí, en la plaza de la Porxada, es la primera intervención que podemos considerar de estilo modernista, a pesar de las claras reminiscencias neogóticas. Poco después, en 1907, Manuel J. Raspall fue nombrado arquitecto municipal y, a partir de entonces, su vinculación con la villa fue constante. Ese mismo año construyó la Casa Clapés, en el número 14 de la plaza de la Porxada, una llamativa manifestación del nuevo gusto en pleno centro de la ciudad. Destaca el gran ventanal del piso superior con un arco que recuerda la arquitectura belga. La relación de obras de Raspall ha sido documentada con el material que se conserva en el Archivo Municipal por Lluís Cuspinera. Se conserva todavía la Casa Rocaverda de Furnó (1913), pero la presión urbanística ha hecho desaparecer otras obras: la Casa Pibernat (1908), la Casa Lloret (1911) o la Casa Concustell (1913). Todas estas obras estaban firmadas por E. Balcells, arquitecto de Cerdanyola, porque Raspall no podía construir obra privada mientras ejercía el cargo de arquitecto municipal.
Si bien se sitúa fuera del límite cronológico que nos ocupa, merece la pena destacar que Granollers tuvo un momento de gran crecimiento en los años 20, en el período en que Francesc Torras i Villà fue diputado por el distrito. Torras promovió importantes intervenciones como la remodelación de la plaza de la Corona, según proyecto de Raspall, entre 1926 y 1929, y la remodelación del antiguo Hospital de Sant Domènech como Biblioteca Francesc Tarafa (1926), realizada por el mismo arquitecto con extremo cuidado y sensibilidad.